sábado, 3 de septiembre de 2016

No tiene precio.

En estas nuevas generaciones, que están enganchadas a las nuevas tecnologías me alegra ver la sonrisa de un niño cuando le dibujas a su personaje de cómic favorito y no lo suelta ni para dormir, ni para salir a jugar con sus amigos. Me alegra ver gente agradecida en esta nueva generación de niños caprichosos que no aprecian nada.  Una sonrisa  después de dibujar a alguien su personaje favorito para mi no tiene precio.






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